Por: José Gustavo Hernández Castaño (*)
Varias personas me han escrito a raíz de mis artículos relacionados con el tema electoral de este año (29 de octubre). Con diversas posturas, desde la mirada del amigo que censura y el que aplaude, hasta el contradictor que critica y el que pretende descalificarme.
Recibo de buen agrado todos los comentarios; unos y otros, a favor y en contra, desde un ejercicio respetuoso de opiniones diversas, encontradas, la mayoría de las veces.
A los que me censuran y pretenden descalificarme les digo con firmeza que lo escrito, escrito está. que lo dicho, dicho está. que lo escrito y dicho, lo pensé, lo reflexioné, por mucho rato, varios días quizás. Hasta debo decirlo, tuve miedo, pero, me decidí. No hay que callar, por el contrario, hay que alzar la voz, frente al robo descarado y a ojos vistas de las autoridades. No hay que hablar pacito, hay que hablar duro, que se escuche, que nos duele que unos “gobernantes en la sombra” (los bandidos) quieran seguir gobernando, para seguir en sus tropelías.
Algunos me han dicho: “usted abandonó su pensamiento de izquierda, su postura revolucionaria de los años 70 al 90”. Les debo decir, que la esencia se mantiene, que nuestro pensamiento es cambiante (actualizante), como es cambiante la naturaleza y el ser humano, pero, la esencia natural y la esencia del pensar se mantiene. Abandoné sí, el pensar ortodoxo, el pensar dogmático, porque, me impedía pensar libremente, pensar con amplitud, pensar panorámicamente. Me rebelé, me opuse a los dogmas, es verdad. Por mis estudios, por mis lecturas, mi pensamiento dejó de ser unidireccional (un solo enfoque), desde una sola perspectiva. Abandoné la escuela que simplifica el pensamiento en dos grandes corrientes: idealismo y materialismo, y, que el primero es la ideología de la derecha y el segundo, de la izquierda. Casi era pecado, ser idealistas, desde el filtro del marxismo de la escuela Soviética. Entonces me acerqué a las lecturas de los clásicos, lecturas que se convirtieron en la compañía de mi larga soledad, por mucho tiempo.
La obra de los clásicos, entre ellos Hegel: Fenomenología del espíritu; Ciencia de la lógica; la Filosofía del derecho; la Enciclopedia de las ciencias filosóficas. Kant: Crítica de la razón pura; Crítica de la razón práctica; La metafísica de las costumbres. Spinoza: Tratado teológico-político; Principios de filosofía de Descartes; Pensamientos metafísicos; Tratado de la reforma del entendimiento; Tratado político.
No pienso igual, desde luego. Mi pensamiento, hoy, es el resultado, de haber leído a muchos autores. Entre tantos, Nietzsche, en sus reconocidas obras: Humano, demasiado humano; Aurora, Reflexiones sobre los prejuicios morales; Así habló Zaratustra; La genealogía de la moral; Ecce homo, cómo se llega a ser lo que se es; Homero y la filología clásica. Platón, con su majestuosa obra La República, considerada uno de los escritos sobre política más completos de la historia antigua. El Fedón; Fedro; diálogos de la caverna; el banquete; apología de Sócrates. Aristóteles: De la generación y la corrupción; Ética a Eudemo; ética a Nicómaco; la política, la metafísica. Séneca: de la brevedad de la vida; De la felicidad; Cartas a Lucilio; de la ira; de la tranquilidad del ánimo. Maquiavelo: El príncipe; Discurso sobre la primera década de Tito Livio; Del arte de la guerra; Hobbes: Leviatán; Tratado sobre el cuerpo (el ciudadano); Sobre la libertad y la necesidad. Popper: La Sociedad Abierta y sus Enemigos; La Miseria del Historicismo; En Busca de un Mundo Mejor. Giovanni Sartori: partidos y sistemas de partidos; La Política; ¿Qué es la Democracia?; teoría de la democracia; La Carrera hacia Ningún Lugar. Norberto Bobbio: Política y cultura; De Hobbes a Marx; ¿Qué socialismo?; El futuro de la democracia; Derecha e izquierda; Igualdad y libertad. Gramsci: Cuadernos de la cárcel; Los intelectuales y la organización de la cultura; Notas sobre Maquiavelo, sobre la política y sobre el Estado moderno; escritos políticos. Foucault: La verdad y las formas jurídicas; La microfísica del poder; Los intelectuales y el poder; Historia de la locura; El nacimiento de la clínica; Las palabras y las cosas; La arqueología del saber; Vigilar y castigar; Historia de la sexualidad. Gilles Deleuze: Empirismo y subjetividad; Nietzsche y la filosofía; La filosofía crítica de Kant; Spinoza: Filosofía práctica; Foucault; Crítica y clínica, varios textos de Deleuze, regalados por mi hijo, Pavel Alejandro, en la visita que hice a Buenos Aires, con motivo de su matrimonio, curso sobre Foucault en dos tomos: “el poder”, “el saber”; “en medio de Spinoza (libro que él estaba leyendo) y de Antonio Negri: Spinoza ayer y hoy.
Acaricié de buen agrado las nuevas lecturas, la de los filósofos de la escuela de Frankfurt, principales exponentes de la teoría crítica, los de la primera generación: Horkheimer, Theodor W. Adorno, Walter Benjamín, Herbert Marcuse, Erich Fromm; la segunda generación, que se suele identificar sobre todo con Jürgen Habermas, Axel Honneth (ex asistente de Habermas), Albrecht Wellmer; y la tercera: Martin Seel y Christoph Menke.
Aprendí de Estanislao Zuleta, en su breve texto “sobre la lectura”, cómo deben establecerse códigos entre el autor y el lector. Ser respetuoso con el mensaje del autor, es decir, respetar su pensamiento; una segunda dimensión, revelarse al pensamiento del autor, formarse una visión crítica del autor; y una tercera dimensión, atreverse a formular su propio pensamiento, sus propias hipótesis. Un texto que siempre recomiendo a mis amigos, texto que ojalá fuera leído en todas las escuelas y en todas las facultades.
Muchas obras, de muchos filósofos de teoría política, de teoría del Estado, de literatura universal y de escritores colombianos, hasta el último libro, vetado por editorial planeta y gratamente editado por Rey Naranjo Editores, “la Costa Nostra”, de la periodista Laura Ardila, periodista encargada de “la Silla Caribe”, en el cual pone al desnudo la trayectoria del poder de uno clanes políticos más poderosos de Colombia, el clan de la familia Char.
A los otros críticos, por mi postura del llamado a votar en BLANCO, en las próximas elecciones, debo decirles que no fue una ocurrencia de momento, ni una falta de entendimiento de la política, como dijera alguno de los críticos. No señores, por el contrario, fue el resultado de un análisis sereno. Es un llamado, producto de mis análisis del comportamiento electoral y de las estrategias políticas de las campañas; estudios y análisis a los cuales me acerqué por mi formación teórica, en la maestría en Ciencias Políticas de la Universidad Javeriana.
Para llamar a votar en blanco, la conclusión fue sencilla.
Para que se me entienda, voy a utilizar un símil de trabajo en equipo, en el lenguaje deportivo; y, el más apropiado para su comprensión, los equipos de ciclismo. En las competencias de ciclismo, todo el equipo trabaja sincrónicamente, buscando ganar como equipo, y trabajando para que gane el líder del equipo. El resultado: gana el equipo mejor preparado, el equipo que tiene las mejores condiciones físicas y técnicas. En este debate electoral, varios equipos (partidos políticos) se enfrentan, cada uno con su líder (el candidato) buscando ser el ganador.
Veamos ahora, cómo ha sido y es su desempeño (la de los equipos) durante lo recorrido de la campaña (el de los equipos y el candidato).
Un equipo, el equipo PAPA (Parra-Padilla), utilizando todas las ardides, y derrochando todo el dinero posible, ha venido comprando casi todos los equipos (partidos), para que trabajen para sus candidatos. De 20 equipos en competencia (partidos) y 1.500 participantes, (candidatos alcaldía, Asamblea, concejos), han comprado, 13 equipos, y un total de 800 participantes, todos coequiperos, trabajando para la fórmula PAPA.
Los demás equipos (partidos y candidatos) todos pequeños, con escaso presupuesto, mal dotados, andan trabajando individualmente, y repartiéndose codazos entre ellos, desgastándose en sus egoísmos, cada uno queriendo sobresalir, queriendo ganar.
En el transcurso de la carrera varios comentaristas (analistas) le sugirieron a esos equipos unirse y trabajar para un solo líder, en el propósito de disputar el resto de carrera en mejores condiciones y tener mejores y mayores posibilidades para ganar. Su respuesta ha sido mantenerse en su loca carrera de egocentrismos.
Faltando los últimos tramos, los más duros, (un poco más de un mes para las elecciones), no hay que seguir divididos, en esta dura competencia. Solo hay una salida, para derrotar a la fórmula PAPA, unirse todos los demás y actuar como un solo equipo.
Ellos tienen comprado, el voto maquinaria. El otro equipo, los ciudadanos libres, tenemos el voto suficiente para derrotarlos: el voto de opinión.
Una sola condición, algo obvio, bien claro, el voto de opinión no puede dispersarse, no puede dividirse, hay que encausarlo para que se deposite por un solo candidato, y ese candidato que puede unir todo el voto de opinión es el VOTO EN BLANCO.
Como dijera el líder político LUIS CARLOS GALAN, asesinado por el narcotráfico, es ahora o nunca.
Un llamado urgente a los candidatos, no comprados, los candidatos que actúan de buena fe, a que renuncien en su aspiración personal (piensen que es por Armenia y por el Departamento), y se unan a los ciudadanos libres y encausemos toda la votación por el voto en BLANCO. solo así podemos derrotar al voto de las maquinarias. Para que se tengan que repetir las elecciones. Y escojamos un solo candidato (uno Gobernación, otro, alcaldía) que los enfrente, para derrotarlos nuevamente, en las siguientes que deben ser convocadas, un mes después.
Los ciudadanos libres, los ciudadanos cansados con el desgobierno, la falta de autoridad y fastidiados con tanto saqueo del erario público, debemos escoger personas honestas, con buena imagen, buenos administradores, independientes, no amarrados a ninguna postura política, que quiera contribuir a enderezar el rumbo de este territorio.
El 29 de octubre, los ciudadanos de todas las condiciones, de todos los colores, de todas las ideologías, de todas las creencias, de todos los estratos, podemos movilizarnos a votar en BLANCO.
Ya nos hemos hecho sentir en otras elecciones, hagámoslo ahora, copiosamente, unificadamente.
Seamos ejemplo para el país. Que se escuche en todo el país, el voto en BLANCO, el voto de la inconformidad, el voto de los ciudadanos libres, se hizo sentir.
(*) Magister en Ciencias Políticas
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