Por: José Gustavo Hernández Castaño (*)
El concepto de panóptico, creado por el filósofo inglés Jeremy Bentham a finales del siglo XVIII, ha cobrado nueva relevancia en la era de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC). Originalmente, el panóptico fue diseñado como un modelo de prisión ideal, donde un vigilante central podía observar a todos los reclusos sin ser visto, creando un mecanismo de control basado en la autocensura y el autocontrol de los prisioneros. La simple posibilidad de estar siendo observados en cualquier momento promovía un comportamiento conforme a las normas establecidas. Este diseño buscaba maximizar la eficiencia de la vigilancia con un mínimo de supervisión directa. Bentham concibió el panóptico como un mecanismo que permitía la observación constante, pero invisible, de los reclusos, generando un autocontrol basado en la incertidumbre de estar siendo vigilado (Bentham, 1787).
El filósofo francés Michel Foucault, en su obra Vigilar y castigar (1975), utilizó el concepto de panóptico para describir cómo las sociedades modernas han adoptado formas de control que van más allá de las instituciones carcelarias. Según Foucault, el panóptico simboliza un poder disciplinario presente en una amplia variedad de espacios: fábricas, hospitales, escuelas e incluso en la vida cotidiana. En estas «sociedades disciplinarias», el control no se ejerce únicamente mediante la coerción directa, sino a través de la organización del espacio y la vigilancia constante, lo que produce individuos que se autocontrolan, ajustándose a las normas establecidas (Foucault, 1976).
En la actualidad, con el auge de las TIC, la metáfora del panóptico ha tomado nuevas dimensiones. La vigilancia ya no está restringida a espacios físicos, sino que ha pasado a dominar el ámbito digital. Plataformas como Google, Facebook y Amazon recogen una cantidad masiva de datos personales, transformando el panóptico arquitectónico de Bentham en un «panóptico digital». Este nuevo escenario, donde el monitoreo de nuestras actividades en línea es casi invisible, amplía el control social a niveles sin precedentes (Zuboff, 2019). Cada búsqueda en internet, cada interacción en redes sociales y cada compra en línea son registradas, creando un vasto ecosistema de datos que pueden ser utilizados tanto con fines comerciales como para influir en nuestro comportamiento.
La clave del panóptico digital es la acumulación de datos, ya que permite a gobiernos y corporaciones tener un control más profundo sobre las vidas de los ciudadanos. Como lo señala Foucault, el poder se ejerce no solo a través de la vigilancia directa, sino también mediante la normalización de comportamientos, de manera que los individuos, sin saberlo, se ajustan a las reglas impuestas (Foucault, 1976). En este contexto, la vigilancia digital permite a los algoritmos detectar patrones y tomar decisiones que influyen en nuestra vida cotidiana, desde la publicidad personalizada hasta la creación de perfiles de consumo.
En América Latina, y particularmente en Colombia, el panóptico digital ha adquirido características propias debido a las dinámicas socioeconómicas, políticas y de seguridad de la región. En un contexto marcado por el narcotráfico, el conflicto armado y la inseguridad, los gobiernos han implementado tecnologías de vigilancia para monitorear a los ciudadanos bajo el pretexto de garantizar la seguridad. Este fenómeno, sin embargo, ha generado un creciente debate sobre el uso de estas herramientas y el impacto en los derechos fundamentales, como la privacidad y la libertad de expresión.
En Colombia, la vigilancia estatal ha sido impulsada por el uso de tecnologías para interceptar comunicaciones y rastrear actividades en línea, a menudo bajo el argumento de combatir el terrorismo o el crimen organizado. Ejemplos como el escándalo de las interceptaciones ilegales del DAS y el uso de software espía como «Pegasus» han puesto de relieve las tensiones entre seguridad y derechos civiles en el país. En este contexto, los ciudadanos enfrentan una creciente sensación de vigilancia, lo que, como en el modelo panóptico original, promueve el autocontrol y la autocensura ante la posibilidad de estar siendo observados constantemente (Ospina, 2016).
Este tipo de vigilancia, que podría parecer remota o abstracta, afecta directamente la forma en que los colombianos participan en la vida pública. Las redes sociales y las plataformas digitales, que en teoría deberían ser espacios de libertad y expresión, también se han convertido en canales de monitoreo masivo. Los algoritmos recogen datos sobre opiniones políticas, preferencias y comportamientos, creando un nuevo tipo de control que puede influir tanto en las decisiones electorales como en el consumo (Gaitán, 2020).
Además, en una región caracterizada por la desigualdad, la brecha digital se convierte en otro factor de exclusión. Si bien una parte de la población está expuesta a un monitoreo constante, otros, excluidos del acceso a la tecnología, quedan al margen de las dinámicas de participación y control. Esto crea un dilema adicional: mientras unos son hipervigilados, otros son invisibles en un sistema digital que depende de la recopilación de datos para funcionar.
El panóptico digital es un fenómeno que nos obliga a repensar las relaciones de poder en la era de las TIC. Lo que Bentham ideó como un diseño de prisión eficiente, y Foucault conceptualizó como un modelo de control social, ha evolucionado en la era digital hacia un sistema en el que la vigilancia se ejerce de forma omnipresente pero invisible. En países como Colombia, donde las tecnologías de vigilancia se entrelazan con problemáticas de seguridad, el desafío radica en encontrar un equilibrio entre la protección de los ciudadanos y el respeto por sus libertades fundamentales.
Es crucial que tanto los gobiernos como las corporaciones adopten un enfoque ético y transparente en el uso de tecnologías de vigilancia. Solo así se podrá garantizar que las TIC no se conviertan en herramientas para el control social, sino en mecanismos que promuevan la libertad, la inclusión y el desarrollo equitativo.
Referencias
- Bentham, J. (1787). El panóptico. Madrid: Alianza Editorial.
- Foucault, M. (1976). Vigilar y castigar: Nacimiento de la prisión. México: Siglo XXI Editores.
- Gaitán, L. (2020). Control y vigilancia en la era digital: tecnologías, poder y derechos humanos en Colombia. Bogotá: Editorial Universidad Nacional de Colombia.
- Ospina, C. (2016). El estado vigilante: control y privacidad en la era digital. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana.
- Zuboff, S. (2019). La era del capitalismo de la vigilancia: La lucha por un futuro humano frente a las nuevas fronteras del poder. Barcelona: Paidós
(*) Magister en Ciencias Políticas
E-mail: gerencia@bambucomunicaciones.com