Por: José Gustavo Hernández Castaño (*)
Genera demasiadas sospechas que un “alto dirigente” del Pacto Histórico en el Quindío, no se le haya escuchado decir ni una palabra durante sus 4 años que pasó por una de las corporaciones de elección popular, con respecto a la administración municipal de Armenia, y mucho menos con relación al soberano del medioevo (el gamín) que gobierna en la sombra.
Fue acucioso en algunas denuncias con relación al mitómano que gobierna en el edificio de 19 pisos (era lo menos que podía hacer), en su pobre paso por la corporación, pues no se le conoce ninguna iniciativa que pueda mostrar.
Acucioso en la denuncia general, diestro en el manejo del lenguaje ambiguo (pretendiendo decir mucho, no dice nada), así se ha comportado, con respecto a la CRQ. Escurridizo en cuanto al cuestionamiento puntual de las funciones y la misionalidad de la autoridad ambiental, por cuanto, allí mueve sus intereses que, más temprano que tarde se develarán.
Irreverente y pugnaz con sus compañeros de causa política y reverente servil escudero de otras causas y otros personajillos que manejan el lado obscuro de la política regional, a quien como los orientales se comporta diestro en el arte del besamanos.
Genera aún, más sospechas, cuando su interés se centra en dividir al Pacto Histórico. Implosionó primero al partido Colombia Humana, en su consulta interna, pues, tiene completamente dividido a este partido. Ha extendido sus tentáculos aupando la división del Polo Democrático Alternativo y ha ido más allá, implosionando al Pacto Histórico departamental. El partido Alianza Verde no fue ajeno a sus prácticas, una de sus alas son parte de sus escuderos y potenciales aliados.
Al Pacto Histórico, se le metió un verdadero caballo de Troya (él y sus aliados), que desde la alcaldía de Armenia extendió sus tentáculos, para postrarlo y dejarlo en las condiciones en que está (dividido).
Hoy, el señor de marras, el genuflexo ante el poder del dinero (condición que oculta como buen maestro de la simulación) solo le interesa ser candidato, dividiendo al Pacto, porque su propósito no es ganar, sino ayudar, para que otro llegue, y ese que tiene interés en su llegada, es el candidato de las maquinarias, el candidato del soberano medioeval que gobierna en la sombra. El trabajo que le han asignado es el de ser un buen coequipero. Su campaña, lo más seguro, se la financiarán, para que haga el papel que le asignaron, el de idiota útil del poder del dinero.
Implosionó primero al partido Colombia Humana. Con sus actos ayudó después a la implosión del POLO, y, por último, lo logró con el Pacto Histórico. Divide y reinarás, dice el adagio popular, pero, en este caso, no para reinar él, sino, para que el soberano medioeval reine.
Su postura, ser candidato, para simular querer ser gobernante; pero, la verdad verdadera, es querer ser candidato, para dispersar la votación y facilitar la llegada de otro, el del establecimiento, el de las maquinarias.
Amanecerá y veremos.
(*) Magister en Ciencias Políticas
E-mail: gerencia@bambucomunicaciones.com
gustavo.hernandez@bambucomunicaciones.com
Post scriptum: el señor Diputado Serna debe una explicación a los ciudadanos del departamento (en general) y al Pacto Histórico (en particular). El artículo publicado en el Quindiano.com, bajo el título: ¿El Pacto Histórico Quindío con Atilano?, habla de “fuentes fidedignas desde Bogotá” y que, generó revuelo en las redes, terminó siendo su origen el señor Serna, para sorpresa nuestra, quien, en reuniones de Colombia Humana y un sector del Pacto Histórico, dijo en privado, que existía una carta firmada por tres personas.
Está obligado, moral y políticamente, a publicar el contenido completo de la carta, con las respectivas firmas, o, por el contrario, reconocer que es un vil calumniador.