Millonarios pasó, en ocho días, de sufrir por una clasificación y por las dudas de su juego y de su interna, a sacar toda la jerarquía, darle la vuelta a la final y ganarle bien la Copa Colombia al Junior de Barranquilla, al que venció 2-0 en El Campín.
Era noche inusualmente fría, incluso para los bogotanos acostumbrados a la lluvia y a las temperaturas bajas. Y Millonarios quiso aprovechar eso de entrada, con intensidad, tratando de encerrar a Junior cerca de su portería y buscar el espacio para rematar.
El comienzo del partido de Junior, en cambio, era el esperado: aguantando, con el resultado a favor, guardando aire para más adelante y dándole la iniciativa al local, que era el que tenía que salir a buscar un gol rápidamente.