UN NUEVO IMAGINARIO POLÍTICO PARA EL QUINDÍO

El departamento del Quindío, pequeño en territorio y grande en biodiversidad  de flora y fauna, rodeado de bellas cordilleras, danzarinas cascadas, ricos suelos, variedad climática, paisaje verde esmeraldino; rodeado por dulces y mansos ríos; con palmas que le hacen cosquillas al cielo; con campos aromatizados por el café y susurro de guaduales ; con una rica historia cultural que habla de indios que hacían cantar al oro y lo convertían en chispeantes ánforas y poporos; con mitos y leyendas que brotaron de los labios de los colonizadores quienes se abrieron camino a punta de machete y hacha; corazón y epicentro del país, con 1.845 kilómetros cuadrados y una población aproximada de 550.000 habitantes, blancos, negros, indígenas, mestizos y mulatos; encuentro de caminos y la arteria más importante del país, hace que propios y extraños se enamoren de esta tierra de tradición cafetera, convertida hoy en centro de atención turística para nacionales y extranjeros; por decenas de años el lastre de la corrupción lo golpea inmisericordemente, por lo que por estas calendas los ciudadanos de bien invitan a dar un giro en las costumbres políticas.

 Un nuevo despertar político asoma en el horizonte buscando castigar a la politiquería tradicional de los partidos Liberal y Cambio Radical que por más de 20 años han desangrado y usurpado el erario público.

Como rechazo a la corruptela, los ciudadanos del Quindío, con su voto, se han venido expresando de manera contundente. Rechazo a las maquinarias y a los vetustos líderes de los vetustos partidos, privilegiando nuevas expresiones políticas de partidos alternativos. Pero, por la inexperiencia y la división, de estos, no se han producido los cambios; y, por la excesiva habilidad, de aquellos, todavía mantienen el poder y el statu quo. Estos, los nuevos no han sabido interpretar el grito de los electores.

Por la inexperiencia de los nuevos, los alternativos, que se mantienen divididos, no han leído los resultados electorales, pues, solo ven su votación individual, la de cada uno; y, no logran ver la fortaleza, si logran unirse, para dejar de ser lo que son, hoy, convidados de piedra al festín del poder de aquellos, los vetustos, los negociantes de la política, los dueños del poder local y regional, y convertirse en el nuevo poder que represente la salida para el Quindío y la esperanza para los Quindianos. 

En dos procesos electorales los ciudadanos han hablado y de manera clara, pero, no han sido entendidos, ni interpretados adecuadamente, por los nuevos liderazgos. 

En 2.019, fueron 183.725 de fastidio y rechazo a la corrupta politiquería. 49.192 votos en blanco; 27.436 tarjetas no marcadas; 11.761 votos nulos; 95.336 votos por 52 nuevos concejales y un Diputado de movimientos políticos alternativos: Quindío Diferente, ASI, COLOMBIA RENACIENTE, AICO, MAIS, Alianza Verde, el PRE y, grupos significativos de ciudadanos, tales como: Comprometidos con la Esperanza, Nueva Ciudadanía, Creemos en Calarcá, Unámonos por Circasia, SUMA sociedad unida, en Pijao, Génova nos mueve, Conscientes Salento. (1)

En el 2.022, la elección presidencial, fue el escenario propicio para identificar el voto por el cambio; el deseo de cambio y el castigo a las maquinarias fue concluyente, categórico: 113.537 votos por Petro (segunda vuelta) y los 80.780 de Rodolfo (primera vuelta) que son los votos Rodolfistas-Rodolfistas; 194.317 votos deseosos de producir cambios. La tarea ahora les corresponde a los nuevos dirigentes del Petrismo, más, los dirigentes del Rodolfismo, unidos, en alianza, si se quiere extirpar el cáncer de la corrupción, en las próximas elecciones.

Por: José Gustavo Hernández Castaño