Foto: Qpasa.com
Salento, el municipio padre del departamento del Quindío, se caracteriza por ser uno de los destinos turístico más importantes de Colombia, y con mucha proyección en Latinoamérica. Es así, como desde la alcaldía del municipio cordillerano, se buscan generar diversos espacios para continuar posicionando al pueblo más antiguo del Quindío, como lugar para llegada de muchos más turistas, específicamente con los Premios Cóndor de Salento a la Excelencia Turística, una iniciativa apoyada por la Gobernación del Quindío, la Cámara de Comercio de Armenia y del Quindío y el Ministerio de Comercio y las Rutas del Paisaje.
El principal objetivo de esta convocatoria es apoyar una estrategia de reactivación económica para Salento, pero, ¿a qué costo?
Los últimos antecedentes de lo que ocurre en los municipios cordilleranos del Quindío, con la presencia de multinacionales extranjeras que están sembrando grandes extensiones de monocultivos de pino, eucalipto y aguacate hass, ponen en alerta al departamento, entrando en conflicto con la figura «amable y sostenible» que pretenden exaltar a partir de experiencias exitosas en las prácticas del turismo.
Sumado a esto, el acceso al agua potable en épocas del año cuando la temporada turística es alta, ha demostrado que desborda la capacidad de carga de Salento y el Valle de Cocora, donde la Palma de Cera, árbol Nacional de Colombia, ha sido desplazada por potreros, restaurantes y el aguacate hass de exportación.
Nos preguntamos desde el Quindío, mientras se premia a lo mejor del turismo en el Quindío, pero ¿a qué costo?