En todo proceso electoral, los asesores de campaña elaboran estrategias dirigidas a movilizar los diversos tipos de electores. Una de las tantas tipificaciones o categorizaciones que se hacen acerca de los votos que se depositan por los candidatos tiende a dividirlos en dos grandes franjas de electores: duros y blandos.
Al voto duro suele llamarse el emitido por quienes son militantes y simpatizantes permanentes de un partido político. Es un voto de apoyo, independientemente de los candidatos y de los programas que ofrezca al electorado, o de la situación por la que atraviese el país, porque sienten una gran identificación con él. Este tipo de voto es la base electoral, el apoyo más importante de los partidos. Son los votos de identidad partidaria, los que proporcionan estabilidad, tanto al partido, al igual que al sistema político. Es un voto que se mantiene por encima de cualquier circunstancia.
En esta categoría del voto duro, se incluye el voto que, en las elecciones, aparece como voto por la lista del partido. También, se suele agrupar, los votos de la maquinaria política, los votos de los contratistas favorecidos con los contratos, los votos de los servidores públicos que actúan como cuotas políticas de quienes los emplearon o favorecieron con el empleo.
el voto blando es el voto cambiante, oscilante, dependiendo de las circunstancias de cada elección. no es fiel a un determinado partido. Es un voto inestable, opuesto al voto duro. Regularmente está asociado al voto de opinión.
El voto blando es el principal objetivo de las campañas electorales por su plasticidad. La persuasión, la disuasión son sus estrategias principales, a lo largo de la campaña electoral. Las estrategias encaminadas a obtener este voto están directamente relacionadas con la adecuada y pertinente lectura de la coyuntura política del momento. Para capturar este voto, juega mucho la imagen que proyecta el candidato.
Otra sub categoría, es el voto castigo. Es el voto que se deposita en contra de un partido o un candidato de un partido por su mala gestión. Una estrategia bien estructurada para castigar a un partido que realizó un mal gobierno o una mala gestión, suele producir excelentes resultados.
Otro segmento poblacional y asociado al tema electoral es el llamado voto de los indecisos. Esta es una franja importante de electores que no se sabe a ciencia cierta por cuál candidato votará. Sobre esta franja de electores se suelen estructurar estrategias encaminadas a su motivación y enamoramiento para que se decida por determinado candidato. Estrategias orientadas a llegarle al cerebro y al corazón del votante. Esta es la franja de los ciudadanos que responden en las encuestas: no sabe/no responde.
Todas las estrategias de campaña se orientan hacia el corazón y el cerebro del votante. El candidato que logre las mejores estrategias, en esta dirección, es el candidato triunfante.
En este proceso electoral que tiene como etapa final el 29 de octubre, los partidos políticos con vocación de poder, preparan el terreno, escogen bien sus equipos de campaña, buscando obtener la mayor representación en los cuerpos colegiados (mayor número de curules) y el mayor número de alcaldías y gobernaciones.
Un primer indicador para los partidos y sus campañas, se dio al momento de la inscripción de sus listas y sus candidatos. Este momento, evidenció las fortalezas y las debilidades de todas las campañas tanto para cuerpos colegiados como para cargos uninominales. Allí, mostraron si están preparados o no, para ganar.
En el caso del Quindío, un primer elemento que puso en evidencia la disposición de los equipos y su preparación para la campaña fue el relacionado con el número de candidatos que se inscribieron para participar.
Como en los equipos de futbol, la Asamblea Departamental, tiene 11 integrantes. Quiere esto decir que un buen equipo debe tener 11 jugadores (candidatos), no 10, ni 8, ni siete, ni 6, son once, los que deben estar dispuestos en la proyección de ganar y muy bien preparados para el juego electoral. Y, en lo electoral, se habla de candidatos que tengan buen trabajo, buena imagen y buenos seguidores, los que se deben convertir en votos, si se quiere ganar. Lo primero es que el equipo debe clasificar y, para clasificar, hay que superar el umbral.
Y qué sucedió desde el primer momento que decidieron salir a competir. Pues, que unos equipos salieron completos, otros un poco reducidos, y otros bastante diezmados o esqueléticos desde el momento de la partida.
Y, ¿cómo fue la inscripción de los equipos? Solo 5 partidos, inscribieron lista completa. Dos, lo hicieron por partidos: Liberal y Nueva Fuerza Democrática; y tres (3) por coaliciones: (Conservador + Centro Democrático), (Cambio Radical + MIRA), y Más Oportunidades (MAIS + Verde Oxigeno). Podría decirse que estos son los equipos mejor preparados, y los que están buscando obtener los mejores resultados. Con 10 inscritos el Partido de la U; con 9, los partidos Creemos, y Nuevo Liberalismo (ALTERNATIVOS POR EL QUINDIO), queriendo jugar y estar en la competencia, buscando resultados a su favor. Sin ninguna opción el resto de partidos: PACTO HISTORICO (8), Fuerza Ciudadana (7), Esperanza Democrática (6) y ADA (1). Estos últimos teniendo para conformar un buen equipo, prefirieron dividirse y conformar equipos diezmados por el número y su debilidad electoral. La lista del Pacto no solo la cerraron, sino, que cerraron todas las posibilidades de unidad, frustrando la probabilidad de alcanzar alguna curul.
Y en Armenia, dos partidos aspiran repetir cada uno 3 curules (Liberal y Cambio Radical); otros 3 aspiran repetir cada uno dos (2) curules (P. de la U, ASI, Coalición Colombia Renaciente + mira). Son los partidos más avezados y experimentados en estas lides, ya tienen un largo trecho recorrido, restando la posibilidad a otros de llegar. Solo quedarían 7 curules para los 17 partidos, con posibilidad de 1 curul. De los cuales, por su bagaje, estar curtidos en este ejercicio, podrían clasificar 4 (Centro Democrático, G.S.C. Nueva Ciudadanía, la Fuerza de la Paz, Partido Conservador. Quedarían entonces 3 curules que se las estarían disputando los 13 partidos restantes.
Una primera percepción indica que hay unos equipos bien estructurados, bien preparados para un excelente desempeño; otros van a media máquina y unos terceros que solo intentan participar, solo eso, jugando a ser comodines; no están preparados para ganar.
Ahora bien, hay candidatos de candidatos. Unos que hacen el ejercicio porque quieren ser alcalde o gobernador, en estas elecciones, las de 2.023, esa es su única apuesta: ganar la Alcaldía o la Gobernación. Otros, solo quieren ser candidatos, no ganar, sino, hacerse conocer, figurar. A lo mejor están pensando en serlo en las próximas, o en las siguientes. Apenas están iniciando su recorrido y su ejercicio electoral. Otros, quieren ser candidatos para postularse en las de Congreso, como candidatos a Senado o Cámara de Representantes. Otros, que son conscientes del papel de peones de brega para que otro sea el ganador. A eso le juegan. Otros, lo hacen para llamar la atención, posicionarse, y venderse al mejor postor, después. Otros están pensando en un puesto en la administración pública.
De todo como en botica, como se dice coloquialmente.
El equipo de campaña, con su líder a la cabeza (el candidato) debe ser bien direccionado estratégicamente y debe tener un buen desempeño en todos los terrenos, en todos los campos, en toda la cancha. Y la cancha es el conjunto de barrios y veredas de su municipio o Departamento. En teoría el mejor equipo, el mejor preparado, el que se mueva bien en el terreno, el que sepa driblar para corregir a tiempo, tiene todo abonado para que su líder (el candidato) golee y gane por amplia diferencia a los otros equipos o candidatos en competencia.
Por: José Gustavo Hernández Castaño (*)
(*) Magister en Ciencias Políticas
E-mail: gerencia@bambucomunicaciones.com
Dr. Hernández cordial saludo
Que interesante su comunicación se recibe con Gran beneplácito de estar informados de todo lo que sucede en el quindio, informando con amplios conocimientos.
Lo felicito por este aporte que estaba faltando en nuestro departamento; poniendo conocimientos de causa con verdadera razón y en sus sitios adecuados. Bienvenido sea, atententamente:
Alberto Marino Bernal