De acuerdo con la Ocde Colombia es uno de los países que más madruga, pero a la vez uno de los más improductivos. De acuerdo con este organismo el horario promedio de levantada en Colombia es a las 6:31 am, pero su fuerza laboral apenas aporta US$19,50 a la economía por cada hora de trabajo.
Aunque tenemos una de las jornadas más largas, tenemos una de las más improductivas. Por supuesto que esto no sólo obedece a factores como la incompetencia, sino a otras variables que debemos considerar para que Colombia, más que madrugadora, también sea más competitiva.
Además de brechas en educación, salario y bilingüismo, tenemos grandes problemas en cuanto a transporte público, ambiente laboral, relación trabajo, familia, descanso, y lo más grave, una altísima informalidad.
No por levantarse más temprano amanece antes, y como dice el dicho, ‘si por trabajar más se fuera más rico, los burros tendrían chequera’.
Ahora que se discuten reformas laborales, recargos, jornadas y otros aspectos en este ámbito, bien valdría la pena preguntarse por qué no aprendimos de la pandemia y permitimos jornadas más flexibles, incluimos incentivos a los empleadores que ayuden a descongestionar las vías, y libramos a la gente de transportes tortuosos y atiborrados durante horas para salir de casa y del trabajo.
Desde una perspectiva más estructural debemos discutir si nuestra educación está siendo pertinente, si las habilidades son las correctas, y si atacar el aparato productivo y sobrecargar el erario con subsidios y otras fuentes ayudarán a mejorar estos indicadores.
Un aspecto no menor es la calidad de vida de los trabajadores, si se es informal no se es ‘empleado’, y mucho menos se accede a remuneración salarial, prestaciones, beneficios como salud, educación y recreación, lo que a la postre suma a este cóctel de madrugadores improductivos.
Hablar de reforma pensional a la fuerza, o en donde el ahorro del público se convierta en plata de bolsillo también dice mucho del sistema, y de por qué se le huye o no se logra consolidar un empleo de calidad.
Colombia es un Estado Ocde pero se resiste a comportarse como tal, el crecimiento y el desarrollo nos benefician a todos, pero si los gobiernos se oponen a ello, si las políticas públicas no se hacen con técnicos sino con ideología, y si creemos que nivelar la cancha es igualar a todos hacia abajo y no porque las competencias y habilidades fomentan una sana competencia que jalona la economía seguiremos en el sobrediagnóstico, el discurso y poco haremos para ser madrugadores, productivos, y ojalá felices.
Trabajadores felices y bien remunerados son más productivos, arrancar jornadas laborales o académicas a las 6:00 o 7:00 am para salir doce horas después a padecer tráfico, mal transporte público, variedad de climas e inseguridad, seguro que no harán mucho por cambiar esta estadística.
Por: Andrés Barreto González
Ex Superintendente de Industria y comercio.
Portafolio / 15 marzo del 2023
Foto: Alcaldía de Bogotá
