Fotografía: metro.pr
Durante décadas, Indonesia le pidió a las mujeres que querían ingresar en cualquiera de las ramas de su ejército una prueba de virginidad que consistía en un examen con varios dedos que se introducían en la vagina para comprobar si el himen estaba intacto.
En algunos casos, el requisito se extendía a las prometidas de oficiales que debían pasar por el mismo proceso antes de casarse y demostrar que la delgada membrana adherida a la pared vaginal estaba intacta.
El test formaba parte de un análisis médico más amplío al que se somete a todos los candidatos y que tiene la intención de comprobar la salud del recluta.
Las «pruebas de virginidad» son una forma de violencia de género y es una práctica ampliamente desacreditada», explica Andreas Hasorno, investigador de Human Rights Watch en Indonesia.